Asturias y Santander (10/7/17-13/7/17)

Medio de transporte: autocaravana

Ruta: Salamanca, Oviedo, Luarca, Toda la costa del cantábrico hasta Santander, Pesquera de Ebro, Burgos, Salamanca.

Vamos directos por la autovía hasta Oviedo, ya lo conocemos, para ver un par de cosas que nos dejamos atrás. El Monte Naranco, subimos en un día precioso teniendo cuidado con lo ciclistas (pobrecitos que caras). Desde arriba vistas de todo Oviedo durante cinco segundos. Después se colocó una nube encima y se acabaron las vistas y el sol, y a cambio toda la humedad que quieras.

Bajamos un poco para ver la Iglesia Prerrománica de Santa María del Naranco. Preciosa, no hay que perdérsela.

Hora de comer, y a unos cien metros de la iglesia hay dos o tres restaurantes.

Elegimos El Mirador, menú del día impresionante por once euros. Por homenajear a la región nos metimos entre pecho y espalda una buena fabada y un cachopo (dos filetes rebozados y entre medias jamón y queso).

Paseamos por la zona para bajar la comida y otra vez carretera.

Como tenemos mono de playa nos vamos directamente a Candás y Luanco, pueblos pesqueros muy bonitos.

En Luanco se aparca perfectamente en la zona del puerto y desde ahí se puede recorrer el paseo marítimo hasta la Iglesia de Santa María

De Luanco vamos al Cabo de Peñas, vistas impresionantes pero llegamos cinco minutos tarde para ver el centro de interpretación, que cierra a las siete. Es la foto del post.

De ahí nos vamos ya a Avilés, buscamos la zona de parada de caravanas pero hay sólo 3-4 plazas y no nos gusta el sitio, así que urgentemente buscamos el camping más cercano donde pasar la noche, y optamos por el camping Bahinas (al lado hay otro mucho más grande – Las Gaviotas), aunque previamente habíamos estado en otro en Candás precioso en el acantilado de la playa.

Es un camping pequeño y sólo de verano en la cala de Bahinas. Para entrar al camping tuvimos que hacer maniobra con la AC, os podéis imaginar el acceso. El sitio idílico, con salida directa a la playa. Dormimos allí y a la mañana siguiente paseo por la playa con la escuela municipal de surf.

Cogemos ruta de nuevo en dirección a Luarca, pero antes entramos a ver Cudillero (y salimos como alma que persigue el diablo) por la entrada este. El pueblo es precioso, una pasada, muy turístico y de gente y coches hasta arriba, por lo que prohíben aparcar a las AC en todo el pueblo y las obligan a aparcar en la zona alta, desde la cual hay unos cuantos kilómetros cuesta abajo hasta la zona del puerto y la playa. Como no nos apetecía subir luego, pues decidimos bajar con la AC a ver qué pasaba. Y lo que pasaba es que las calles son de doble dirección pero el ancho sólo admite un vehículo y medio.

Menos mal que delante se nos puso un camión de los bomberos al cual todo el mundo le daba preferencia, con lo cual eran los coches que venían de frente los que tenían que subirse a la acera.

Cuando ya llegamos abajo, nos acercamos al puerto que era el único sitio donde había aparcamientos (para coches). Bajada rápida, paseo por el puerto, carretera y manta hacia Luarca por la salida oeste.

Fuimos unos kilómetros por la carretera nacional para ver la costa y sus pueblos y cuando nos cansamos volvimos a entrar en la autovía. 

Luarca es un pueblo precioso, aparcamos la AC en una zona en las afueras (como no) al lado de un río que desemboca en el puerto, del cual no está muy lejos.

A partir de aquí ya cogemos la autovía en dirección a Lastres, pero antes paradita a comer en el primer sitio que pillemos. ¿Cuál es la próxima salida de la autovía?. Soto del Barco. ¿Y dónde se puede comer?. En el Mesonín de Tere. Pues para allá que nos vamos. Menú del día diez euros y a elegir entre siete primeros y siete segundos. Pá reventar. Mejillones y ensaladilla rusa, otro buen cachopo (para comparar) y una merluza.

Aquí descubrimos la famosa “tarta de la abuela”, y como abuelas hay en todas partes, pues eso, que la tenían en todos sitios. Comimos fenomenal y con gran calildad. Os lo recomiendo.

Como vamos mal de tiempo, paseo costero por Lastres y seguimos. Otro pueblo pesquero bonito. De ahí a Colunga donde paramos para ver la Iglesia, que está al lado de la oficina de turismo, y patear por la calle San Antonio.

Seguimos por la costa por Isla y luego cogemos la autovía hasta Ribadesella, donde hacemos noche. Muchas veces cuando no sabemos muy bien lo más turístico de la ciudad, aprovechamos para coger los trenecitos turísticos. En este caso lo hicimos así, aunque en realidad no merece mucho la pena, porque sólo te lleva a ver las impresionantes viviendas que dan a la playa y las rías.

Ya por nuestra cuenta pasemos por las calles peatonales, la playa, el puerto, etc.

Al día siguiente salimos para ver la Cuevona de las Cuevas, que está muy cerca, tanto que cogimos la carretera más corta en vez de la más rápida, grave error.

Nos metió el GPS atravesando toda la montaña por unas carreteras sin arcén, mal asfaltadas y por donde sólo entraba un coche, y nosotros con la AC, rezando para no encontrarnos de frente con un camión de reparto. Subimos una cuesta en segunda y al llegar a la curva de arriba, zasssss, un coche.

Espera que doy un poco para atrás, sí yo ya me salgo por el arcén, ¡¡no que volcamos!!, tranqui que luego empujamos entre todos el coche para volver al arcén.

En fin, que cuando hay buena voluntad por ambas partes todo se consigue.

Al final llegamos a la Cuevona, muy original, hay que verla.

Seguimos ruta, obviamente por otro sitio distinto, igual de mal que la anterior pero un tramo más corto, luego se ensanchaba y bien.

Seguimos dirección a Santander y paramos a ver los Bufones de Prías. Dejamos la AC en Llames de Pria y un paseo de unos dos kilómetros. Aunque llovía un poco y hacía algo de aire no había marea brava, y no pudimos ver salir el agua por los bufones.


Seguimos carretera ya para entrar en la provincia de Santander, nos saltamos Llanes y vamos hasta San Vicente de la Barquera.

Como ya es la hora de comer, nada más coger la salida a San Vicente de la Barquera vemos un restaurante con muchos camiones, ¡¡ ahí se suele comer barato y bien ¡!. Efectivamente, La Corbata, menú del día once euros, un arroz con costilla buenísimo y unas carrilleras, y de postre, como no, tarta de la abuela.

En San Vicente no hay zona de parada de AC pero al ser un día de diario había bastantes plazas de aparcamiento en línea donde no molestábamos a nadie. 
Visita al puerto y subida hasta el Castillo del Rey, las murallas y la iglesia de Santa María de los Angeles. Un pueblo precioso y encantador.

Seguimos carretera por la costa hasta Comillas, que está en fiesta. Nos piden que aparquemos en el polideportivo (al culo del mundo) pero vemos una plaza en batería y allí la dejamos.

Como estamos pillados de tiempo sólo podemos ver el Capricho de Gaudí, hay muchas más cosas que ver que dejamos para otra ocasión. En el capricho hay visitas guiadas que vienen muy bien para entender por qué Gaudí hizo esta obra y por qué la hizo así.

Se nos hace tarde así que cogemos la autovía directamente hasta Santander. Han hecho una nueva zona de parada de AC detrás del estadio de futbol del Sardinero, en el que sólo se puede permanecer dos días.

Dejamos la AC, vamos hasta la parte delantera del estadio pasando al lado de un polideportivo, y cogemos un autobús que nos lleva hasta el Ayuntamiento. Desde allí aprovechamos para ver el Centro Botín. Ya no nos da tiempo a ver más así que vuelta a la AC. También merecerá la pena hacer otra visita con más calma a la capital de Cantabria.

Cogemos carretera hacia Torrelavega, de ahí a Puente Viesgo y todo hacia el sur. Paramos en lo alto del Puerto de los Escudos, pero como no, está nublado y no se ve nada.

Seguimos bajando por la carretera nacional y nos desviamos para ver Pesquera de Ebro. Mogollón de curvas pero un paisaje y un pueblo precioso. Es inicio para muchas rutas de senderismo.

Seguimos carretera hasta que llegamos a Burgos. Cogemos la circunvalación y entramos por la zona universitaria, donde hay también unas piscinas municipales, dejamos ahí la AC y nos quedamos a comer en las piscinas porque están haciendo en ese momento una paella con muy buena pinta.

Después de comer bajamos en la AC hasta el centro, aparcamos en una calle no muy llamativa y vamos andando hasta la catedral.

Cogemos de nuevo el trenecito turístico que en esta ocasión si nos muestra lo más importante, tanto lo clásico como lo moderno (museo de la evolución humana). Vemos la Plaza del Rey San Fernando, la Catedral (es de pago), pasamos por el puente de Santa María y el Arco de Santa María y paseíto por el espolón.

Después de esta breve visita de nuevo en carretera y ya de vuelta a Salamanca, parada después de Valladolid y justo antes de llegar a Simancas se nos reventó una rueda, bueno, sólo se destrozó la banda de rodadura.

Suerte que no iban coches, era en línea recta y conducía a unos 100 kms. por hora, por lo que puede controlar bien la AC y para en la salida a Simancas.

No sé ni donde está la rueda de repuesto. Al fin la encuentro pero ni de coña me pongo yo a cambiarla. Llamamos a la grúa y acordamos que nos lleven a su base en Valladolid, nos montan ellos la rueda de repuesto y cogemos carretera de nuevo hasta Salamanca.

 

 

Así lo hicimos y llegamos sin problemas sobre las diez de la noche.

 

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