Cornisa Cantábrica (09/09/21 – 14/09/21)

Medio de transporte: Autocaravana

Ruta (2.400 kms.): Salamanca, Ólvega, Agreda, Olite, Puente la Reina, Hendaya, Biarritz, Bayona, Vitoria, Laredo, Ribadesella, Liérganes, Llanes, Cangas de Onix, Covadonga, Astorga, Castrillo de los Povazares, Salamanca

09/9 – Este viaje surgió por la asignación a mi hija de un nuevo destino en Ólvega (Soria). Aprovechamos la excusa de ayudarla en el traslado y a partir de ahí iniciar una nueva andadura. Llegamos a Ólvega, bajamos todas sus cosas, las dejamos en su nueva casa y nos fuimos a dar un paseo por el pueblo.

10/9 – Iniciamos ya nuestra nueva aventura yendo a Ágreda, que está muy cerquita. Un pueblo  con bastantes cosas que ver. Merece principal interés el jardín renacentista que hay en el Palacio de los Castejones. Es precioso y muy bien cuidado. Estuvimos hablando con el jardinero, que nos regaló unas semillas de ‘rosa mosqueta’ para que las plantásemos en nuestro jardín. El palacio sólo tiene interesante la fachada y el claustro, ya que está reutilizado como oficinas y departamentos del Ayuntamiento.

Además de ésto, visitamos la Plaza Mayor, donde tomamos una cañita, y la zona árabe, donde está la Puerta Califal, el Torreón de la Muela y la Ermita de la Virgen de los Desamparados

Aunque no está en ninguna turística, merece la pena dar un paseo por lo que llaman ‘parque de la dehesa‘, que discurre a lo largo del río de la Casa Oval y hay unos merenderos en un entorno muy chulo.

11/9 – Desde aquí nos desplazamos a Olite. Sin ánimo de equivocarme, creo que tiene el castillo más bonito que he visto. La cantidad de torreones y pasarelas, todas ellas muy bien cuidadas, invita a pasear por ellas un buen rato, eso sí, subiendo y bajando escaleras como locos, que menos mal que había poca gente porque sino el atasco en ellas podría ser considerable.

Desde aquí nos dirigimos a Puente la Reina, lugar muy famoso por estar en el Camino de Santiago y ser parada obligatoria. Por casualidad estaba montado el mercado semanal, muy pequeñito, y nos llamó la atención que todos los puestos de alimentación vendían pimientos (gigantescos), se ve que debe ser zona de ello. Después recorremos la Calle Mayor pasando por la Iglesia del Crucifijo hasta llegar al Puente Romano, muy bonito. Había sesión de fotos de una boda gitana pero no nos dejaron posar. Jeje.

Desde aquí, aunque es un poco tarde, tiramos ya para Francia, aunque sea sólo por ver si hay problemas para entrar. Nos piden los pasaportes covid y para adelante. Vamos hasta Hendaya y como es día de diario, temporada baja y casi de noche hay sitio de sobra para aparcar en cualquier lado. Paramos en una paralela al paseo marítimo. Nos tomamos una cervecita (a tres euros cada una) con una ración de bravas (5 euros, no me pareció caro) y tan a gusto. Todos los camareros hablaban español, lo que es de agradecer.

Cuando pasamos por Irún para entrar a Francia me fijé que había un parking de camiones con varias AC aparcadas (43.34357, -1.75984), así que decidimos ir allí a pernoctar. Muy bien aunque ruidoso.

12/9 – Volvemos a entrar en Francia y esta vez no nos piden nada. Vamos directos a ver un chateau que llaman los franceses (Castillo de Abbadie). Nada más pasar el castillo por la carretera que lleva hasta él hay un parking de autobuses y coches (43.37725, -1.74322). Aparcamos al lado del camino porque en el de coches no se puede. Menos mal que no lo dejamos donde los autobuses porque a la media hora empezaron a llegar excursiones de estudiantes y llenaron el parking.

Caminando tardamos diez minutos en llegar. No entramos al edificio porque costaba unos 20 euros cada uno, y si tenemos que pagar eso en cada sitio que vamos a ver pues estamos perdidos. De todas formas simplemente ver la arquitectura del edificio y los jardines de alrededor, incluidas las vistas de Hendaya, ya merece la pena.

Desde ahí seguimos adentrándonos en Francia, pasamos por San Juan De Luz con idea de parar a ver la iglesia, pero el parking seleccionado (43.38542, -1.66279) está lleno, así que decidimos seguir adelante y llegamos hasta Biarritz.

El parking está lejísimos del centro. Tras muchas vueltas acabamos aparcando al lado de la carretera donde pudimos; obviamente algo lejos del centro, nos preparamos para caminar. Nos pateamos toda la zona centro hasta bajar a la playa a la altura del casino. Allí nos paramos a ver un desfile de gente que venía de la misa de una boda e iban al casino. Todos los chicos de traje azul (o está de moda o se han puesto de acuerdo) y las mujeres como que no iban muy elegantes. Traje de vestir pero no de fiesta.

Ya subimos hacia arriba pasando por la Église Sainte-Eugénie y  a partir de ahí una subida considerable hasta llegar de nuevo a la carretera y a la AC reventados.

Continuamos nuestra andadura hasta Bayona, yendo siempre por carreteras nacionales. Esta ciudad ya es otra cosa. Muy grande con muchos parkings pero todos llenos, así que tras dar muchas vueltas cruzamos el río Adur y aparcamos en una avenida normal poniendo un ticket de la hora (sin problemas).

La ciudad es impresionante, con una zona turística muy bonita, a callejear. Entramos a ver la Catedral de Bayona y por variar las Galerías Lafayette. Comemos, nos refrescamos y vuelta para España.

Como nos suele pasar a menudo cambiamos de idea a mitad de camino y decidimos ir a Vitoria, donde de paso vemos a la familia. Quedamos con mis primos Javi y Vero para tomar una caña y dormimos en el área de caravanas (42.87144, -2.68628).

Ya quedamos para comer al día siguiente también con mi tío Lauren, así que por la mañana nos dedicamos a ver Vitoria y a comer al Asador Ataria. Muy bien, aunque las carnes no tienen nada que ver con la calidad de Castilla y León. Nos pusimos bien de comida y bebida y luego fuimos a ver las casas de ambos y la cochera, que no las conocíamos. Dormimos en el mismo sitio. El problema que tuvimos es que de ese sitio salen todas las excursiones de senderismo, así que entre las 8-9 de la mañana hubo un girigai que no se podía dormir.

13/9 – Nos ponemos en marcha con destino Laredo, que hay un buen mercadillo semanal. Aparcamos donde se puede y nos vamos para allá. Pequeñito pero fenomenal, con algunos puestos diferentes. Después nos vamos a la zona de la playa a pasear y tomar algo, nos hacemos unos sandwiches en la AC y nos vamos a comerlos a un parque al lado de la playa. Todo muy bucólico y pastoril.

Muy cerca de Laredo está Liérganes, un pueblecito con arquitectura tradicional de los Picos de Europa donde merece la pena ver el Puente Mayor sobre el río Miera, el molino (centro de interpretación) que hay al lado y la escultura del hombre pez, leyenda y atractivo del lugar (aquí la leyenda).

Desde aquí nos vamos a Ribadesella (la última vez en agosto tuvimos que marcharnos porque no había donde aparcar). Dejamos la AC en una calle cualquiera cerca del puerto y cruzamos el puente sobre la ría para ver el casco histórico, y ya de paso la tienda de chocolosophy, que aunque algo cara tienen trabajos exclusivos en chocolate (bolsos, zapatos, figuras de star wars, etc.). Los pasteles típicos de la zona son los ‘carbayones’. Compré uno en esta tienda pero luego en Llanes los encontré mucho más baratos. Aprovechamos para ver la Torre de la Atalaya y la playa.

Como no tiene mucho más que ver, aparte de mogollón de casoplones, nos vamos a Llanes para dormir allí porque hay un sitio muy amplio y tranquilo (43.42503, -4.76723). Nos damos un paseo por la zona del puerto a la luz de la luna y a dormir.

Como vimos que hay un tren turístico que sale precisamente del puerto, decidimos cogerlo. Al llevarte por los alrededores descubrimos otros puntos de interés, como el Puerto Chico y la playa de Toró (preciosa con sus acantilados de rocas tanto en el agua como en la arena) y del Puerto chico.

Más tarde nos acercamos andando a ver todo el puerto chico, hacernos una foto en la escultura de la mujer del  pescador y a tomar algo en la terraza del hotel Miraolas.

Volvemos a la zona del puerto y nos vamos a comer. Pensábamos ir a El Campanu, pero estaba lleno, así que fuimos a el Cuera, que está enfrente. Una terraza muy acogedora y un paté de cabracho de muerte, al igual que las parrochas.

Ya con la barriga llena volvemos hasta la AC y nos acercamos a ver el balcón más bonito del mundo. Hay varios, pero este puede que lo sea. Decidimos entrar ya en los Picos de Europa, esta vez por Cangas de Onís, para ver su famoso puente sobre el río Sella y de paso el pueblo, que no está mal. Desde ahí directos a Covadonga. Los parking están un poco lejos así que nos acercamos un poco más y encontramos un sitio al lado de la carretera donde no molestamos, y como vamos a estar poco rato….

Subimos simplemente a ver a Gruta de la Virgen pero no el Santuario, que ya lo conocemos.

Como queremos ir a dormir a León y vamos mal de tiempo, en vez de ir por el valle de Riaño nos vamos hasta Oviedo a coger la autopista. En cuanto entramos en la circunvalación de León empieza a llover, pongo en marcha mis limpiaparabrisas recién estrenados y cómo los instalaría que uno de ellos se salió del soporte. Claro, no podía darle ya para que no se cayese al suelo o rayase el parabrisas, y tampoco podía parar en la circunvalación, así que mirando entre las gotas para ver por donde ir. Menos mal que la lluvia era suave y pudimos llegar sin problemas (42.60675, -5.58494), por cierto, estaba a tope.

14/9 – Como ya conocemos León de sobra nos ponemos en marcha porque queremos ir a ver Astorga, que nos gusta mucho. Compramos unos sobaos, vemos la Catedral de Santa María y el palacio de Gaudí, tomamos un café en la Plaza del General Santocildes y vamos al mercadillo semanal. Está muy bien organizado, alimentos a un lado y el resto al otro.

Muy cerca de Astorga está un pueblecito muy curioso, en pleno Camino de Santiago, llamado Castrillo de los Polvazares. El pueblo tiene sólo dos calles. Totalmente empedradas y tanto el suelo como las paredes de la casas, todas de una-dos plantas, de arcilla de color rojizo. Aparte de las casas solamente vimos mesones, cuya especialidad es el cocido maragato. La verdad es que me apetecía mucho comerme uno, pero era demasiado pronto para comer así que tuvimos que dejarlo para otra ocasión. Me habían recomendado el Mesón Cuca La Vaina.

 Carretera y hasta Salamanca.

 

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